¿Cómo fomentar la tolerancia a la frustración en los niños?

La tolerancia a la frustración es una habilidad que se desarrolla principalmente durante la infancia, aunque en la vida adulta puede seguir trabajándose. En los niños, es frecuente que la frustración sea desencadenada por los límites que los adultos les marcan o cuando no consiguen algo que quieren. Ayuda a tu hijo a enfrentarse al fracaso

Ayudar a nuestro hijo a enfrentarse al fracaso forma parte de su educación.

Evidentemente, a los padres nos duele ver a nuestros hijos fracasar porque les vemos sufrir. Es algo que puede lastimarles y hacerles sentir mal, por eso tendemos a sobreprotegerlos, restándole importancia al fracaso.

Como padres, deberíamos hacerles sentir que siempre estamos ahí para apoyarles, lo hagan bien o mal. Enseñarles a identificar sus emociones ante el fracaso, hacer que expresen la rabia que les da  compartir un juguete, que lloren porque algo no ha salido como esperaban o que nos cuenten lo que sienten ante tal o cual decepción, hará que puedan reflexionar sobre sus sentimientos y quieran hacerlo mejor la próxima vez.

Nuestro acompañamiento y cariño es clave para que se sientan queridos y protegidos siempre, sin importar cuáles sean los resultados.

   No alabemos  sus logros, sino el esfuerzo.

Si vamos detrás de nuestros hijos, alabando exageradamente todo aquello que hacen bien,  diciéndole lo fantástico que hacen todo, el niño acabará dependiendo de nuestra aprobación para todos sus actos, y eso no es bueno.

El niño crecerá buscando continuamente la reacción de los demás y cuando no lo alaben, se sentirá perdido y frustrado, creyendo que el   cariño de sus padres y de las demás personas pasa por las alabanzas que le profieran.

Los logros son circunstanciales. No queremos niños perfectos, sino niños que se equivoquen y aprendan de sus errores. No significa que nos vayamos al otro extremo y no les elogiemos cuando hacen algo bien. En su justa medida, los elogios son una manera de demostrar que les valoramos, ayudan a mejorar su autoestima y refuerzan su personalidad.

  Pero es importante desligar el esfuerzo del logro en sí. Reforzar el      primero les animará a querer hacerlo mejor, sin importar el resultado.  Hoy en día la cultura de la inmediatez nos hace querer resultados rápidos y exitosos, pero darle valor al esfuerzo y a la fuerza de voluntad les ayudará a crecer más equilibrados, y será un aprendizaje positivo para el resto de su vida.

Frustración en los niños